Índice de Confianza del Consumidor
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El índice de confianza del consumidor es un indicador económico que mide el grado de optimismo que los consumidores sienten sobre la evolución del estado en general de la economía, y sobre su situación financiera personal. Indica qué tan seguras se sienten las personas sobre la estabilidad de sus ingresos, lo que determina sus actividades de consumo y, por lo tanto, sirve como uno de los indicadores claves en la forma general de la economía.
En esencia, si la confianza del consumidor es mayor, los consumidores aumentan o mejor dicho están haciendo más compras, impulsando la expansión económica. Por otra parte, si la confianza es menor, los consumidores tienden a ahorrar más de lo que gastan, lo que provoca contracciones en la economía, esto ocurre por miedo a que la economía entre en recesión, como es la sensación que siente el consumidor quizás esto no ocurra pero si lo ve posible. Una tendencia de varios meses que resulta en una disminución en la confianza del consumidor continuada sugiere que a fines de 2015, la mayoría de los consumidores tienen una visión negativa sobre la capacidad para encontrar y conservar buenos empleos.
El procedimiento para obtener el índice de confianza del consumidor antes mencionado se realiza en forma independiente para una muestra representativa de Capital Federal, Interior del País y Gran Buenos Aires. Una vez obtenidos los índices para cada una de las regiones, se realiza un promedio ponderado de los mismos para obtener el índice a nivel nacional. Las ponderaciones utilizadas reflejan el peso de la población de cada región, sobre el total de la población. El índice nacional se calcula entonces como una suma ponderada de los índices de cada región.
Hay que tener en cuenta que existe una alta correlación entre éxito electoral y el índice de confianza de los consumidores. Y que también la hay entre ese índice y las etapas recesivas, de caída del consumo.
La confianza que se debe construir es la que se requiere para que el ciudadano crea la promesa de que su consumo crecerá algo menos que el PIB para hacer lugar a la inversión, pero que gracias a eso su gasto de largo plazo podrá ser mayor y también sostenible. En la situación puntual de épocas electorales o cuando ya asumen los nuevos mandatarios, el primer paso para ganar esa confianza será demostrar que la nueva administración tiene un programa de crecimiento sostenido y funcionarios idóneos para implementarlo. Las expectativas en las nuevas autoridades juegan un papel fundamental en el índice de confianza del consumidor.
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