Industria Farmacéutica
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La industria farmacéutica es el sector que se dedica a la fabricación, preparación y comercialización de productos químicos medicinales para el tratamiento o también prevención de las enfermedades. Las compañías farmacéuticas realizan tareas de investigación y desarrollo (I+D) con el fin de introducir nuevos tratamientos mejorados y obtener los beneficios económicos que eso conlleva.
El objetivo fundamental del Programa de seguimiento de la industria farmacéutica es brindar información de coyuntura acerca de la producción y comercialización de medicamentos en el país, así como los flujos de exportaciones e importaciones. El Programa brinda datos trimestrales de los productos farmacéuticos para uso humano siguiendo la clasificación anatómico terapéutica de la Organización Mundial de la Salud (ATC en inglés) y permite contar con información precisa acerca de la evolución de variables clave como consumo, precios medios de salida de fábrica, país de origen de las drogas básicas, entre otras. El relevamiento involucra a unas 75 empresas, que cubren más del 90% de la facturación de la industria e incluye a los laboratorios públicos que sólo proveen a clientes institucionales.
El 80% de los laboratorios y plantas farmacoquímicas se encuentran en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. La mayoría de las empresas de la industria farmacéutica tiene carácter internacional y por tanto están presentes en muchos países a través de filiales. Este sector es tecnológicamente muy adelantado, da ocupación a muchos licenciados universitarios, como biólogos, bioquímicos, químicos, ingenieros, microbiólogos, farmacéuticos, farmacólogos, médicos, físicos y veterinarios, así como diplomados en enfermería. Estos profesionales trabajan en investigación y desarrollo (I+D), producción, control de calidad, marketing, representación médica, relaciones públicas o administración general
Existe un dilema de tipo moral que todo estado debe coordinar. Los medicamentos no son una mercancía cualquiera, sino un elemento necesario para mantener la salud de los ciudadanos. Y aquí es donde empieza el conflicto de intereses, ya que por una parte, existe el derecho de la industria farmacéutica a obtener beneficios que la incentiven para seguir investigando, mientras por otro lado está el derecho a la salud, del que debería gozar todo ser humano. Además es importante que el estado cree organismos gubernamentales de vigilancia compuestos por expertos y con poderes para conceder o negar la autorización a las compañías farmacéuticas para comercializar sus productos, según criterios de calidad de los mismos y seguridad para los pacientes. Estos organismos de control son los responsables de impedir abusos o irresponsabilidades por parte de los fabricantes, con lo cual se reduce la posibilidad que aparezcan peligros para la salud de los habitantes.
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