Antes de las palabras
Por Ezequiel Miller para UNR I+D
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Los riesgos de no concebir estratégicamente a la comunicación gubernamental
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En los últimos días se ha desatado en Argentina un importante debate que abarcó a espacios periodísticos e incluso a la propia coalición de gobierno de Mauricio Macri, en relación a las modalidades de comunicación del gobierno nacional, señalando algunos errores en esta materia.
En este sentido, la comunicación política, tal como afirma Dominique Wolton, puede ser definida a partir de la interacción entre tres actores que tienen legitimidad para intervenir en este proceso: Políticos, Periodistas y la Opinión Pública. Este triangulo se caracteriza por generar equilibrios inestables en permanente cambio y variación, este esquema sólo funciona en contextos democráticos.
Más específicamente, si nos posamos en uno de los vértices de este triangulo, la comunicación gubernamental intenta generar las condiciones para llevar adelante las acciones del gobierno, y al mismo tiempo obtener apoyos sociales de un proyecto político determinado. Podría afirmarse que el objetivo general es el mantenimiento de niveles de aceptación y legitimidad social del gobierno.
Sin embargo, existen tensiones irresolubles entre las diferentes demandas generadas en el seno de la sociedad, y la posibilidad que tienen los gobiernos en procesar sólo algunas de éstas demandas. En este sentido, el gobierno de Mauricio Macri ha implementado en sus primeros meses, una serie de políticas públicas donde esas tensiones se han visto exacerbadas y puestas en discusión en el espacio público.
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Las principales críticas recibidas por el oficialismo, vino en gran medida desde sus propias filas, y esas voces criticaron fuertemente, no tanto las medidas en sí, sino las formas en que fueron comunicadas. Los aumentos tarifarios de servicios públicos esenciales (luz, gas, agua, combustibles, transporte) fueron anunciados y expuestos por los Ministros Aranguren (de Energía) y Dietrich (de Transporte). Sus explicaciones y eufemismos para comunicar la eliminación de subsidios y las subas exorbitantes en las tarifas fueron sumamente técnicas, cargadas de cálculos y cifras, alejadas del espíritu que ha tenido históricamente la comunicación amigable e inclusiva del PRO.
Estos anuncios no sólo generaron malestar en aquellos que comienzan a recibir sus facturas con aumentos que van del 100% al 1000%, sino que algunos comentarios desafortunados de los mencionados ministros, y los curriculum vitae de ambos, un ex Ceo de la compañía petrolera Shell (y actual accionista), y un hijo heredero de una de las concesionarias de automotores más importantes del país, agregaron un condimento extra a la situación.
Claramente dichos anuncios no fueron planificados a partir de una visión de consustanciación de la política con la comunicación como parte de una estrategia general, sino por el contrarios fueron concebido como simples medidas que eran necesarios tomar en tiempos de cambio político y económico. Sin embargo, esta situación no es representativa de la totalidad del gobierno de Cambiemos, que entiende y le asigna a la comunicación un lugar preponderante, pero con una estrategia claramente diferente a la que llevaba su antecesor.
Cristina Fernández de Kirchner proponía un enfrentamiento frontal contra algunos medios de comunicación (principalmente el Grupo Clarín) con un permanente intento por controlar la agenda temática de los medios. En el gobierno de Macri no aparece abiertamente con claridad ese intento, sin embargo es en ese punto donde radican las principales críticas hacia el gobierno.
Es decir, hasta el momento no se ha impuesto abiertamente una agenda temática, cuestión que -sin duda- se intenta por otros medios, aunque con menor éxito que la gestión anterior. Probablemente, esto se deba a la ausencia de un relato fundante, de un mito de gobierno que guíe esa estrategia política comunicacional, y que aporte sustancia y argumentos para políticos, periodistas y militantes.
El mito de gobierno macrista se encuentra en gestación, aún no ha dado a la luz con claridad, en estos días emerge una campaña publicitaria llamada “Todo es posible juntos” que apunta hacia ello. Al respecto, el especialista en comunicación gubernamental Mario Riorda afirma que el mito de gobierno genera una apelación al pasado y lo sagrado, una recurrencia a lo místico.
En las actuales democracias, la comunicación gubernamental cumple un rol central en la gestión e implementación de políticas públicas, desde su gestación hasta su concreción, y deben ser concebidas como hechos comunicacionales. Una perspectiva instrumental de la comunicación gubernamental es sumamente peligrosa para la legitimidad del gobierno y la posibilidad de generar consensos sociales, ya que la política se expresa de forma comunicacional.
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